Os cuelgo un artículo informativo sobre la Tensegridad en el cuerpo humano. El tema está directamente relacionado con mi libro de Estiramientos para Escalada y Deportes de Fuerza. Es información ampliada.
¡Ahi va!! ;)) mi trabajito de esta madrugada, espero que te guste.
Con fotito de postureo en Fontainebleau :))
Una
estructura de tensegridad forma un sistema dinámico pero estable, que interactúa con eficiencia y flexibilidad con las fuerzas que se ejercen sobre él. En el cuerpo, los huesos actúan como elementos
de compresión discontinua y los músculos, tendones y ligamentos, como un
sistema de tensión continua. Juntos, los huesos y los elementos de tensión,
permiten que el cuerpo cambie de forma, se mueva y levante objetos. (Robbie 1977)
Cuando
se aplica al sistema miofascial, el concepto de tensegridad explica la
capacidad del cuerpo para absorber los
impactos sin que se vea dañado. La energía mecánica fluye por el
cuerpo desde un lugar de impacto, como
una onda elástica de choque en la red de tensegridad. Cuanto más flexible, equilibrada y
comunicativa sea la red, más fácilmente absorberá los impactos. Esto es
importante para comprender cómo una continuidad aponeurótica flexible y organizada puede reducir la incidencia de una lesión en
los atletas y otros acróbatas. (Oschman 2008)
Un
desequilibrio puede causar que una parte del cuerpo haga más esfuerzo que otra,
pero ninguna puede esforzarse sin
afectar al cuerpo entero. (Goldthwait 1909)
Las “sucesiones anatómica” documentadas por Myers (1977ª,
1977b) explican como las lesiones locales pueden influir en los tejidos
distantes, e incluso crear una predisposición para nuevas heridas.
Así como un esfuerzo en un área del cuerpo afecta a todo el
conjunto una mejora en la flexibilidad del área, tendrá efectos que se
irradiarán hacia fuera, a lo largo de las “sucesiones aponeuróticas” mencionadas.
Pickup (1978) describió como los patrones de estrés,
mediáticos en su comportamiento, pueden provocar aumentos en la densidad del
colágeno.
Young (1978) señaló que el patrón de las fibras de colágeno
representa una especie de “memoria” de cómo el cuerpo ha sido usado o abusado.
Un modelo holográfico de memoria es consistente con el fenómeno
del “recuerdo somático”, donde la
aplicación de presión en un área determinada,
libera una vivida memoria de una experiencia traumática. A menudo, la
experiencia recordada es el acontecimientos que provocó el trauma. Es decir, la reorganización del patrón de fibra y el
estiramiento del tejido a veces están
acompañados, por la liberación de memoria asociada. (Ochman y Ochman 1994ª, 1994b)
La forma en que la gravedad influye en nuestras vidas ha
sido trabajada en profundidad por Rolf
(1962,1977). Su obra se expande de
manera científica sobre los conceptos de Goldthwait:
Todo trauma en el cuerpo se registra cómo cambios en la
estructura interna. Con un leve daño,
las estructuras casi pueden retomar sus posiciones originales después de la
sanación. Pero aún los sutiles
desplazamientos poseen efectos acumulativos y de largo alcance, en especial si
hay un movimiento en la manera en que se transporta el peso (un cambio en la
relación con la gravedad) De hecho es posible que todos los traumas en el
cuerpo alteren la relación con la gravedad, causando desviaciones del patrón
ideal, es decir, la forma que hemos heredado para permitirnos manejar la
gravedad. Incluso un pequeño cambio de alineación y movimiento dará como
resultado alteraciones compensatorias por todo el cuerpo. Los patrones de la
actividad neural, el flujo sanguíneo y linfático, y la contracción muscular se
verán alterados. Si la recuperación se prolonga, ciertos músculos se atrofian
por falta de uso, otros se tornarán hipertónicos por exceso de trabajo. Dado
que los músculos actúan como bombas a motor moviendo la sangre y la linfa, la presencia
de los músculos inmovilizados y flácidos reducirá la nutrición y oxigenación de
las células y tejidos. Cuando un músculo está cortado de manera crónica pierde
gradualmente su capacidad de relajarse, la tensión siempre estará presente, y
los fibrilos del tejido conectivo se depositarán para engrosar y fortalecer las
estructuras que se necesitan con el fin de ofrecer un apoyo adicional. Los trazos de la estructura y la función
alteradas pueden retenerse indefinidamente después de que una lesión sana, hay
una concepción errónea que se sostiene desde hace mucho tiempo en nuestra
cultura en la cual se afirma que los desequilibrios acumulados y la incomodidad
asociada a ellos, son un efecto inevitable del envejecimiento y no pueden
revertirse. Este no es el caso. (Oschman
2008)
La manera que tiene
el cuerpo de responder al trauma físico, se aplica igualmente a la respuesta a
un infortunio emocional o a un estado psicológico crónico. Las actitudes
psicológicas están siempre representadas en la estructura corporal. El temor,
la pena, el enojo, cada uno tiene una postura y patrón de movimiento
característicos, los que los que suelen denominarse “lenguaje corporal” (Kurtz
y Prestera 1976) La respuesta emocional inmediatamente precipita en la contracción
de los músculos flexores y desplaza el movimiento lejos del equilibrio
estructural. Una vez que esto sucede la gravedad asume la dirección y empuja la
estructura hacia abajo, acortando el cuerpo. Cada desequilibrio debe
compensarse por el desplazamiento de otras partes del cuerpo. La tensión y la función alterada están
siempre presentes.
Para recuperarse de un shock emocional se requieren
flexibilidad y elasticidad del sistema músculo esquelético, la capacidad de
colocar el cuerpo otra vez en el patrón ideal en relación con la gravedad. Si
una persona sigue dramatizando una situación emocional el cuerpo físico se
queda fijo en un patrón psicológico. Una vez que estos cambios se han producido,
la actitud física se torna invariable, involuntaria, los movimientos incluyendo
la respiración revelan los tumultos emocionales. En un cuerpo equilibrado, la
inspiración incluye el estiramiento de toda la espina dorsal, desde el sacro en
forma ascendente hasta el cráneo. Cuando los movimientos son restringidos las
personas tenemos dificultades. Para escapar
del miedo, pena o enojo crónicos, la
tonicidad física de los músculos y la estructura en relación con la gravedad
deben ser cambiadas.
Los desequilibrios que resultan de un trauma físico o
emocional pueden conducir a todo tipo de problemas crónicos, para los cuales la
medicina convencional tiene poco que ofrecer. Enfermedades como la artritis,
alta tensión arterial, incluso de cáncer, son fenómenos del sistema completo,
que no pueden comprenderse al examinar sólo las partes, en lugar de las
relaciones. Y la gravedad es parte de ese todo al que se le ha prestado poca
atención. Como ejemplo considere la relación de la cabeza con la gravedad. Por
diversas razones la mayoría de nosotros sostiene la cabeza hacia delante, con
la espina cervical curvada. La arteria vertebral es curva y no derecha y su
lumen está angostado, restringiendo la circulación cervical; al cerebro y los
órganos sensoriales de la cabeza llega menos cantidad de nutrientes. Los
compartimientos hidrostáticos del cerebro (ventrículos) se ven afectados. El
equilibrio simpático y parasimpático pueden verse influidos, lo que conduce a
trastornos digestivos. Las tensiones pueden derivar en dolores de cabeza y
bursitis. El funcionamiento del mismo cordón espinal puede dañarse en la
importante región dónde desciende del cerebro. Los campos eléctrico y magnético
del cerebro y los nervios espinales pueden tener sus patrones distorsionados
por los desequilibrios cervicales.
Si bien es cierto que patrones físicos pueden solidificarse
por las actitudes psicológicas, lo contrario también es cierto. Un trauma
físico, por ejemplo, una caída por la escalera del sótano en la niñez, un
resbalón desde la bicicleta (ambos como resultado de la gravedad), o un fuerte
impacto con el coche, puede influir en
el estado emocional. Un accidente relativamente simple, puede dejar el cuerpo
mal alineado y fuera de equilibrio, tal vez afecte al sentido psicológico de
una persona. El cuerpo cinestésico se siente inadecuado y la estructura física
proyecta una imagen de insuficiencia.
El organismo debería estar alineado dentro del campo
gravitacional alrededor de una línea vertical, para permitir los movimientos
con facilidad y eficiencia. (Oschman 2008)
Extracto del Libro: Medicina Energética. La base científica.
James L. Ochman.
Y otra fotillo!! viendo si me funciona la tensegridad!! En Pena Corneira.
2 comentarios:
Muy buen articulo! Felicitaciones! Me gustaria conocer mas autores sobre tensegridad relacionada con la escalada! Saludos!
Una de las características de los sistemas de tensegridad es que actúan con eficiencia ante las fuerzas a las que son sometidos, eficiencia quiere decir que para realizar una misma actividad vamos a consumir menos energía y por lo tanto el desgaste va a ser menor. Puedes viajar de Madrid a Bilbao en un ford k y consumirás 30 euros de gasolina o en un Hammer donde el consumo ascenderá deshorbitadamente y al final el resultado ha sido el mismo, has llegado a Bilbao...
Sinceramente, no conozco autores que relacionen el término con la escalada, pero todo lo que hay escrito sobre tensegridad es muy transferibe a la escalada:
- En alto rendimiento, un buen escalador es el que es más eficiente, aquel que con menor esfuerzo es capaz de llegar a altos niveles. Un claro ejemplo puede ser Adam Ondra.
- En Ocio y recreación siempre va a ayudar a progresar a sentir mayor fluidez motriz y por lo tanto a disfrutar más de la actividad
- Probablemente sea la mejor estrategia para evitar todo tipo de lesiones y enfermedades, buscando tratamientos tipo fascioterapia, osteopatía técnicas cinéticas como el Yoga, Pilates, Feldenkrais, estiramientos de efectivos y como no, solucionar los problemas emocionales de forma que se contrarresten los desequilibrios producidos por las cargas de entrenamientos, estrés, traumas y por las situaciones emocionales negativas mantenidas.
El término de tensegridad es un sinónimo de salud, van de la mano, por ello te comentaba que es sencillo transferir toda la literatura sobre tensegridad a la escalada.
Un saludo y gracias por tu comentario.
Ramón
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